That Fucking Tank
A document of The First Set

( Jealous Records, 2004)

 

Impresionante debut del dúo ingles That Fucking Tank. La propuesta, efectiva y mordaz, de estos chicos de Leeds se basa en los principios sonoros del rock experimental, contundente y lleno de cambios, de bandas como puedan ser, por dar un mero trazo, Shellac o Rumah Sakit, y en el patrón de formación que utilizan otros como Hella o los madrileños Joe Kaplan; Una batería y una guitarra afinada en un estilo peculiar y conectada a dos amplificadores de bajo que van creando los distintos pasajes que alternarán en las variaciones de sus composiciones.

Los temas de este su primer trabajo, A Document of the First Set, fueron grabados en su ciudad en un par de horas una tarde de Marzo, lo que puede acercarnos sin duda a otra de sus premisas: la urgencia del directo. Sin ocultarse en arreglos o en caras producciones, los ingleses lanzan una proclama de inmediatez con su sonido. Cinco temas en total, que completan unos 25 minutos donde igual que nos encontramos recorriendo intrincadas estructuras basadas en la diversidad y habilidad técnica de este dúo, mostrada no tanto por la batería de James Islip como por la guitarra de Andy Abbot, de pronto nos encontramos sumergidos en hipnóticos y contundentes compases donde una marcada rítmica y el ruido en distorsión serán los protagonistas.

Jugando siempre con esa curiosa dualidad de amplificadores y con esas características afinaciones, rara vez encontramos repetitividad en los compases de este A Document of the First Set. Sin duda de entre las cinco canciones grabadas en esta referencia de That Fucking Tank destaco la que cierra el compacto, Gents, donde en siete minutos y algunos segundos consiguen crear una tremenda composición que conjuga a la perfección sus pilares sonoros, introduciéndonos poco a poco, con suspensivas pausas, en una marea rebelde y furiosa, con aceleradas distorsiones, desvaríos experimentales más que acertados y unos ritmos en mutación perpetua.

Sin duda sorprendente el debut del dúo de Leeds, tanto por el formato como por el tremendo resultado obtenido en dos escasas horas de grabación. Si a esto le añadimos su impactante directo, estamos de nuevo ante un gran acierto de Jelous Records y de Aloud Music Ltd.



Jealous Records

The Unfinished Sympathy
Rock For Food

(BCore Disc, 2004)

 

A principios del 2000 comienza The Unfinished Sympathy a asomar la cabeza. No pasará mucho tiempo para que podamos encontrar su primer disco en el mercado, sorprendiendo a la afición al rock independiente desde el mismo primer minuto de su álbum homónimo. Aun recuerdo el binomio inicial Euphoria Under Water / Elderly Mermaid colándose en mi cerebro con una fuerza increíble para tratarse de una formación debutante, y nacional. Al poco tiempo, The Unfinished Sympathy se habían convertido en los abanderados del rock más guitarrero y sofisticado de su generación.

De aquellos días hasta hoy la banda se ha embarcado en numerosas giras europeas, han tocado al lado de grandes grupos americanos y europeos y han ganado confianza en si mismos, en su sonido y su personalidad. El sonido de The Unfinished Sympathy es hoy una realidad consolidada. Rock for Food es la pieza que confirma el estado de gracia de los catalanes. Grandes singles, esta vez por una senda más melancólica como pueda ser This Living Kills, canción que sirvió meses atrás de adelanto a este tercer trabajo, un alegato universal al desgaste diario del ser humano. Pero los de BCore no se han olvidado de engrasar su máquina de riffs, y en piezas como Rock for Food demuestran donde reside su fuerza: contundencia melódica y unas sólidas bases rítmicas aderezadas siempre por la quebrada voz de Eric, creando siempre ese gran hit, esa canción que meter en tus cintas recopilatorias.

Si sigues buceando por los minutos de este gran Rock For Food, irás encontrando uno tras otro temas de perfecta factura, rozando el lado más sensible que puede mostrar esta formación para inmediatamente sucederse trallazos a los que ya nos tienen acostumbrados. Sin duda, este disco suena por todos los lados ni más ni menos y como nunca a The Unfinished Sympathy. Cada vez más alejados de posibles influencias para convertirse en nuevo modelo de jóvenes bandas, y no solo de aquí, media Europa puede estar verde de envidia cuando descubran los temas de este nuevo trabajo de los catalanes.

Todo esto unido a la producción de dos personas en racha, Xavi Navarro y Santi García, hacen asegurar a Rock For Food un puesto entre los mejores LPs de este 2004 que rápidamente empieza a acabarse. Cuando comprobemos lo ensayadas que llevan las composiciones para los shows que vendrán, podremos darles el sobresaliente final.

BCore


Yakuzi
Ibai Lehorretan Itota

(Pause Music, 2004)

 

Madera y agua, tonalidades ocre y un apacible encuadre portuario nos dan la bienvenida a Ibai Lehorretan Itota. Prepárate para disfrutar del paisaje, arranca instrumental m, deslizándose casi sin tocar el suelo, avanzando suavemente, atrapándote con sus concisas y sutiles líneas de la slide guitar de Manuel Alcázar, con unas bases rítmicas que evocan a los Mogwai más apacibles, aquellos de Sine Wave o Hunted By a Freak. Cinco deliciosos minutos limpios, luminosos y transparentes.

Tras dejarnos cubiertos en cálidas formas, Yakuzi se levantan de la silla para, en el minuto y doce segundos de sh, afilar sus esquemas, demostrando un perfecto conocimiento de las bases post hardcore presentes en formaciones conexas como Slint y Shellac. Casi siempre instrumentales, creando nuevos amaneceres y destruyéndolos con precisos cortes de ritmo, la escucha de este su primer larga duración se hace diapositiva a diapositiva una evasiva descarga de fuerza y sentimientos. Finales que recuerdan a las últimas composiciones de Explosions in The Sky, como el de El Rey del Trivial. Siempre tendiendo a difuminar sus melodías, el uso de la distorsión y el ruido es algo que dejan para ocasiones puntuales. Aderezando sus composiciones con frases sampleadas en distintos idiomas, y sin excederse en los recursos más utilizados del estilo, los 61 minutos de Ibai Lehorretan Itota van mostrando en sus diez pistas los diferentes registros por los que caminan los vascos. Recursos de instrumentación, donde no dudan en utilizar teclados, vientos, sintetizadores, diferentes tipos de guitarra, así como el clásico dúo bajo / batería. Y también, recursos compositivos originales. Tanto Ahosta Ixildu, un suave alegato pop en el ecuador del compacto donde podemos oír dos voces cantantes (una y uno) como instrucciones para amargar un día feliz, donde una dulce melodía silbada se verá a intervalos sustituida por notas de slide guitar o teclado, para concluir en un oscuro resonar hueco, son otras dos composiciones que distinguen el sonido de Yakuzi del de otros post-grupos.

Una espléndida muestra de saber hacer desde el primer disco convierte al grupo de Pause Music en otro producto del estado más que exportable a la Europa que conocemos. Solo falta ahora confirmar en directo el buen sabor de boca que guarda la memoria de estos Yakuzi.